Catar vino

Catar el vino en lugar de simplemente beberlo incrementa nuestra apreciación del mismo ya que nos permite examinarlo con detalle. Aunque al principio este proceso resulte un poco repetitivo, con el tiempo se convierte en una experiencia fascinante que nos permite descubrir nuevos sabores y aromas en cada copa. La cata de vinos es una práctica común entre los amantes de esta bebida, pero

¿Qué implica realmente?

La cata de vinos es un proceso que consiste en analizar y evaluar las características sensoriales de un vino, como su color, aroma, sabor y textura. A través de esta técnica, podemos apreciar las sutilezas y matices que cada vino tiene para ofrecer. No se trata simplemente de beberlo, sino de disfrutarlo de una manera más profunda y consciente.

Vinos

El primer paso en una cata de vinos es observar el color del vino. Esto nos puede dar pistas sobre su edad, variedad de uva y proceso de elaboración. Un vino tinto joven suele tener un color más violáceo, mientras que un vino tinto envejecido adquiere tonos más anaranjados o teja. Por otro lado, los vinos blancos pueden variar desde un amarillo pálido hasta un dorado más intenso.

Una vez que hemos apreciado el color del vino, es momento de examinar su aroma. Aquí es donde realmente podemos descubrir una amplia gama de olores, desde frutas frescas hasta especias o incluso notas terrosas. Algunos vinos pueden tener aromas más intensos y complejos, mientras que otros pueden ser más sutiles y delicados.

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